“El propósito específico de nuestras escuelas es la formación y educación cristiana de los alumnos. De ello se deduce que este apostolado debe considerarse siempre como una actividad esencialmente pastoral, para que enseñemos la verdad con amor, y los estudiantes adquieran, junto con una cultura humanista y científica, un conocimiento del mundo, de la vida, y de la humanidad que se ilumina por la fe”. (Const.N.179).
Al usar el término educación, estamos hablando de una realidad global que abraza a toda la persona e involucra a toda la comunidad educativa. Como realidad global contribuye al desarrollo de las múltiples dimensiones de la personalidad humana. Es decir, una educación que transmite la cultura de manera honesta, no descuida la sustancia de la fe y, así como eso, despierta la responsabilidad social.
Para dejar claro el propósito agustiniano en el ámbito educativo, es necesario contar con una comunidad que irradie nuestro espíritu con todo su corazón. Así, la educación es impartido por la actividad de una comunidad que profesa y proclama ciertos valores específicos. Esta comunidad tiene como inspiración la abundante fuente de Agustín. Esta es la fuente nutritiva y, al mismo tiempo, el horizonte último de nuestra educación.
Pedagogía agustiniana — nuestro estilo de enseñanza
En contraste con una pedagogía directiva, que fomentaría la pasividad y la dependencia, San Agustín imaginó al ser humano como una semilla capaz de desarrollarse. “A Dios le gustaría sembrar en cada alma las semillas de la inteligencia, de la sabiduría”
La función del maestro externo (padres de familia, educadores...) debe ser canalizar la liberación de este potencial oculto. Ese lugar íntimo, que se compone de sentimientos, inquietud, y búsqueda, es precisamente donde San Agustín ubica el encuentro con Dios (Ena.74,9).
Los agustinos fueron invitados a San Diego en 1922 y establecieron la escuela secundaria St. Augustine y tomaron la atención pastoral de la parroquia de San Vicente en Mission Hills (un año después se mudaron a la parroquia de San Patricio, North Park). Llegaron a Ojai en 1924 y fundaron la Escuela Preparatoria Villanova y aceptaron la pastoral para la parroquia Santo Tomás de Aquino.
Orden de San Agustín